La gran ¡victoria popular!

Por Lupita Rodríguez Martínez

Monterrey.- Los resultados del proceso electoral del domingo 1 de julio marcan una nueva etapa para la democracia en México.

La histórica votación -sin precedentes- para Andrés Manuel López Obrador, candidato a la Presidencia de la República por la coalición “Juntos Haremos Historia”, integrada por los partidos Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Encuentro Social (PES) y del Trabajo (PT), obtuvo el 53% de la votación; es decir, más de 30 millones de mexicanos y mexicanas votaron por su propuesta de llevar adelante la cuarta gran transformación de México.

A pesar de que nuevamente los partidos oficialistas y sus candidatos volvieron a la carga con la “guerra sucia” contra López Obrador, en esta ocasión ni “haciendo bola” al PRIAN les funcionó su estrategia ya desgastada.

El pueblo de México no creyó en las campañas de que Andrés Manuel “es un peligro para México”, “de que México se convertiría en Venezuela”, “de que el caos nos invadiría”… nada, nada, nada les funcionó y los electores “botaron” al PRIAN del poder y le dieron su confianza para dirigir los destinos de este gran país y para dar lugar al verdadero cambio.

Pese a los ataques, AMLO mantuvo un discurso con altura de miras, al privilegiar las propuestas para llevar a cabo un gobierno austero y resolver los grandes problemas de la nación, principalmente combatir la corrupción y la impunidad, causas principales de la pobreza, de la inseguridad, de la desigualdad y de muchos otros males sociales que se han agudizado por los malos gobiernos.

El triunfo arrollador de AMLO se compara como un “Tsunami político”, gracias a una ciudadanía consciente y madura que con su voto depositó la confianza en él para transformar el país.

El “voto parejo” al que convocó AMLO en su recorrido por toda la nación, tuvo un efecto contundente no sólo al obtener la más alta votación de la historia, sino al ganarse cinco gubernaturas (Ciudad de México, Tabasco, Chiapas, Morelos y Veracruz) de ocho en disputa, así como la mayoría en el Congreso de la Unión, donde PT, Morena y PES obtuvieron la mayoría de los escaños, con 83 senadurías y 307 diputaciones federales.

El domingo 1 de julio fue una fiesta democrática, donde una amplia y participativa ciudadanía hizo uso libre del derecho-deber de votar, independientemente del partido político de su preferencia.

Cualquier “mal augurio” se disipó durante la misma jornada, al llevarse a cabo un proceso totalmente tranquilo y en paz, con incidentes “menores” como fueron el inicio tardío de la apertura de algunas casillas y la insuficiencia de boletas en casillas especiales, entre otros.

Esta tercera campaña por la presidencia fue la “vencida” para Andrés Manuel, venciendo a los partidos oficialistas arrolladoramente.

Al ganar la Presidencia de la República asume el alto compromiso de cumplirle al pueblo de México, de llevar adelante sus propuestas de erradicar los problemas estructurales que toda la población demanda, de acabar con la corrupción, la impunidad, la pobreza, la desigualdad, la inseguridad y la violencia, así como de poner en marcha el Proyecto Alternativo de Nación que propone para el sexenio 2018-2024, así como de lograr -con el apoyo de todas las mexicanas y de todos los mexicanos-, la cuarta gran transformación social, política y económica de México, gobernando con honestidad, austeridad y con el ejemplo.

El desafío es que el Estado esté al servicio del pueblo y no el pueblo al servicio del Estado.

Apoyemos a nuestro futuro Presidente para construir el nuevo México, pues otra sociedad es posible.

Con la gran ¡victoria popular! la verdadera transformación de México debe iniciarse y cada una de nosotras y de nosotros debemos prepararnos para aportar lo mejor de nuestra parte.

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