¡Hasta la victoria siempre!

Lupita Rodríguez Martínez
En memoria del comandante Fidel Alejandro Castro Ruz. 
Mayarí, 13 de agosto 1926–La Habana, 25 de noviembre 2016.
“¡Venceremos! ¡Venceremos! Socialista será el porvenir”
Monterrey.- Martí fue capaz de anunciar tu advenimiento con estas tres frases, entre tantas hermosas que escribió, y cito:
“Las etapas de los pueblos no se cuentan por sus épocas de sometimiento infructuoso, sino por sus instantes de rebelión.
No hay más que un modo de vivir después de muerto: Haber sido un hombre de su tiempo o un hombre de todos los tiempos.
¡Oh, qué dulce es cuando se muere luchando audaz por defender la patria”. Fin de la cita.
Tú, nos enseñaste a vivir en constante rebelión contra los opresores.
Tú, te has convertido en un hombre de su tiempo y en un hombre de todos los tiempos por la grandeza insuperable de tu obra y has muerto en la plenitud de una gloria difícil de alcanzar por otro mortal.
Los que siempre te admiraremos, veremos en ti una estrella que no se apagará jamás.
Veremos en ti un muro contra el que se estrellarán las maquinaciones de los enemigos de la patria sagrada y un adalid siempre firme, de pie, sin doblar las rodillas ante ningún amo.
Veremos al maestro dando cátedra de dignidad, de insumisión, de rebeldía, de resistencia, de disposición para anegar con la sangre de sus hijos a quien intente apoderarse de ella, si no pereces en la lucha, como antes sentenció nuestro Titán de Bronce.
Tus enemigos, que son los nuestros, andan de fiesta. Es tal su ignorancia, que no se dan cuenta que al celebrar tu muerte, su alegría se traduce en impotencia, en respeto al hombre que al frente de todo un pueblo jamás perdió una batalla ante el amo del norte revuelto y brutal que los alimenta con los mandrugos que lanza de su mesa cargada de veneno y odio.
Si ser tirano, si ser dictador es haber sacado de la ignorancia a generaciones de ciudadanos, haber tendido la mano generosa a millones de personas de distintas partes del planeta o haber llevado a planos estelares la salud, educación, ciencia, cultura, deportes y otros campos del conocimiento humano, de un pueblo que sesenta años atrás contaba con más un millón de analfabetos de una población de más de cuatro millones, entonces que ¡viva eternamente! un tirano de tu talla.
Como no tienes derecho a descansar, tus cenizas estarán siempre prestas a recorrer tu verde caimán, desde la cabeza a la cola, para destrozar con dentelladas de pueblo enardecido a los que osen invadirnos.
Desde la inmensidad de tu estatua histórica seguirás siendo nuestro guía. Por eso no te despedimos, simplemente caminaremos contigo al frente declamando los versos del poeta, aquel que tantas veces repetimos generaciones de cubanos, mexicanos, latinos y ciudadanos del mundo agradecidos de haber sido reivindicados por tu obra:
Que lo sepan los nacidos,
Y los que están por nacer.
Nacimos para vencer,
Y no para ser vencidos.
Para lo que sea,
como sea,
y donde sea,
Comandante en Jefe
¡Ordene!
¡Hasta la victoria siempre!
¡Gracias, Fidel!

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